Describe extravagantes personajes mezclados con la vida; acto seguido, renuncia a explicarlos: oídos sordos carecen de arrojo y valentía para silbar una copla o imaginar parajes fantásticos.
Mantén errático tu divagar sin prestar atención al ruido de fondo; a este fin ayuda preservar el anonimato dando gato por liebre a preguntas insidiosas que únicamente son formuladas para cazarte y, luego, dar parte a la autoridad competente de tu quehacer.
Sobrevive insolente al vulgo y su práctica; así, sé valiente en recelar la salvaguardia de tu guarida (pues, en ella la dicha silente hallarás).
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P.D.: Ilustración de maxhierro@gmail.com