jueves, 21 de febrero de 2013

VII. Desmoralización civil y otras inquisiciones.


La socialdemocracia alimenta esa idea falaz del progreso y el evolucionismo. La socialdemocracia no es más que la mínima expresión de la grandilocuencia antropocentrista de la soberbia humana desprovista de virtud y apremiada por el laicismo propio del mundo reglado en el que chapoteamos como cerdos.

Es cierto que para los neoinquisidores de la corrección política las sentencias anteriores y, claro, otras tantas vertidas y recalcadas hasta el espasmo en estas entradas nominadas como 'Desmoralización civil y otras inquisiciones' denotan aires provocativos o de profunda negligencia intelectual. Bueno, y ¿qué? se preguntará el sagaz lector, pues eso me pregunto yo cuando mi conducta es afeada de forma ofensiva e insultante por los mamelucos de la cachiporra virtual escondidos en las mazmorras de su inteligencia y conectados ad nauseam a LA RED.

El teórico sistema de libertades(ji-ja-je-jo-ju) en el que nacimos es lo que la zanahoria para el burro: la trampa mortal para el ingenuo encantado de haberse conocido.

Sí, lector (y afición en general), ya sé que NADA IMPORTA NADA, que la ciudad es una jungla y Facebook una tasca de borrachos o quinceañeras desatadas, que arreglar el barrio es una conducta heroica con final trágico en un depósito de mártires caídos y que por bocazas y torero osado y artista debo (en demasiadas ocasiones) aceptar la cornada del respetable paniaguado...Ya, lo sé...

Y, por supuesto, también sé que cuando servidor de nadie tenga la chanza de largarse (con nocturnidad, alevosía y más pena que gloria) de esta escombrera, lo hará sin que le tiemble el pulso ni el lagrimeo de su corazón encharque el porvenir de sus futuros hijos.
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