jueves, 5 de septiembre de 2013

V. Sertralina.

  





  Dicen que existe la paz en los verdes campos del Edén y que debes morir para averiguarlo. Porque la realidad y el deseo rara vez se miran a los ojos a la vez. El ser humano está con la carta echada viéndolas venir. El primer error mortal fue intentar llegar a la Luna. Sólo somos trenes de cristal en cualquier apeadero.

  El Armagedón se ha aplazado, es tiempo de auténticos héroes, verdaderos combatientes de las colinas en Vietnam. Considerables pistoleros de la selva cosmopolita que enfundan las AK-47 para acabar con el francotirador escurridizo.

  Yo no soy el resto que dibuja el carmín de tus labios ni aquel extraño nombre que rumia tu alma sumisa. Hundirme en la delicia sutil del horror tras la frescura del crepúsculo latente se antoja un abandono apacible.

  Hasta el exilio inútil resplandece el vuelo de la transparencia. Repuchado en el banquillo es gozoso ver cadáveres pasar frente a la puerta de mi hogar aristócrata. Incólume e intacto nunca se duerme seguro de hacer lo correcto.

  Pasar la vida negando la propia condición de diletante no deja de resultar paradójico en un funambulista profesional. Jamás se planea para uno mismo el mito del equilibrista-autista solitario y nocturno recostado a la sombra cambiante de una mujer soleada.

  Nada me espolea. Nada me interesa. Tal vez sea hora de reconocer que quizá la vida no sea aquella perla reluciente que imaginaba.


Sé que lo que soy y lo que tengo sólo serán sombras.




Licencia Creative Commons
El Yugo Eléctrico de Alicia se encuentra bajo una LicenciaCreative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 España.