viernes, 4 de julio de 2014

Eso que llamamos vida.








  ¿Qué sentiría Woody Allen cuando vio que Rhapsody in Blue y las imágenes de Park Avenue emparejaban tan bien como el pan con el aceite?

  Racionalizar el talento del judío sería un acto baldíoNada que valga la pena entra por la mente.

   En el arte la búsqueda de la belleza no es lo único pero es un buen precepto para comenzar a observar nuestro alrededor. Dedicarse a los afectos, al amor, escuchar buenos discos, leer maravillosos libros, preparar rica comida es la misión más digna y cabal para abandonarse.

  La vez que me encontré con Yoko Ono me desperté con una clarividencia: de mis manos salían unas líneas paralelas que pegaban contra la pared.

  Esta anécdota me lleva de nuevo a Manhattan. Porque lo malo del invierno no es el amor, sino su incertidumbre. El corazón es mucho más resistente de lo que pensamos.

  Los discos siempre te llevan a momentos concretos del pasado. También a estaciones. Hay discos de verano u otoño como hay rubias y morenas. ¿Otoño? El hombre del traje gris ¿Invierno? Blood on the tracks ¿Primavera? Honestidad brutal ¿Verano? Revolver.

  Uno siempre se enamora de la misma chica como siempre se escribe la misma canción. El hombre es monógamo por naturaleza. Sólo hace variaciones sobre un mismo tema. Es el principio de fidelidad hacia uno mismo. En el amor o en el arte sólo hay un camino que nos viene dado.

  Dar es una forma oculta del egoísmo. Es un punto a observar. Uno está un poco cansado de tanta metamorfosis recurrente.

  Muchos de nosotros cambiamos todo por un buen partido de fútbol por televisión. Nos echamos a nosotros mismos de la universidad.

  La vida nunca es como creemos que va a ser la vida. La vida está hecha de momentos muy malos. La vida es precaria y transitoria. La vida no nos alcanza.

Pero igual merece la pena vivirla.





Licencia Creative Commons
El Yugo Eléctrico de Alicia se encuentra bajo una LicenciaCreative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 España.