viernes, 5 de diciembre de 2014

Estipendiario







  Las especies reunidas en este blog vamos a pasar a mejor vida de un momento a otro. No es un drama. Nuestro paso por la Tierra es efímero y la existencia, propiamente dicha, precaria y transitoria. ¡Alegría! No es preocupéis, resucitaremos (o no) al tercer día. O, en el mejor de los casos, nos reencarnaremos en un jazmín o en un gato. ¡Nuestra creatividad nos salvará! Y la fe que nos queda también. ¡Excalibur, espéranos en el cielo!





Para nuestro ascenso a la nada Heidegger y Sartre se postulan como alados cicerones. Dicen que allá en las alturas cualquier ganzúa es celeste. Del dogal no se especifica nada. Tal vez dejen consumir algo de cristal de vez en cuando.




Mientras, acá en la tierra (con minúscula), las hormigas congregadas disfrutarán, codo con codo, del mayor estipendiario de la historia: una japonesita de pelo rosa a capa versionará con un arpa electrónico 'China girl', algún sesentón afónico se probará ante la concupiscencia de nuestras grupis con la seguridad intachable de quien se sabe con el mejor esmoquín del entierro civil, una banda de negros magníficos llegados desde Nueva Orleans os endulzará el rodal del gusto con clásicos de ayer y de hoy... Y, por supuesto, los placeres efímeros de los que en vida hicimos gala serán ofrendados a cualesquiera de nuestros invitados en aquellos instantes tan delicados para el alma humana.





¡Querido y admirado conmilitón, no te dejaremos solo!

Dirán de nosotros patrañas e infamias varias. Y dirán bien o mal su propia verdad. Y nuestras respectivas viudas, entre sollozos inconsolables, musitarán aquella frasecita de Borges:

"Creo, sin embargo, haberlo conocido íntegramente, en la medida en que una persona puede ser conocida por otra."





Magdalena llorando por el Cristo muerto. 
Obra del pintor suizo Arnold Böcklin



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